martes, 15 de noviembre de 2011

Tributo a Tomás Fuentes


Hace algún tiempo, descubrí en Twitter al genial @cap0, o lo que es lo mismo, Tomás Fuentes. Es un tío súper gracioso, cada vez que leo algo suyo no puedo parar de reír... Ya le he escrito por Twitter un par de veces para decirle que me encanta, pero debe ser que se lo dicen mucho y le he pasado desapercibida... :(

En fin, que las buenas fans nunca se rinden y, aunque no estoy tan loca como las de Justin Bieber (thanks MEV - Monstruo Espagueti Volador), hoy se me ha ocurrido una forma de captar su atención - eso y que me aburría mucho esta tarde en el trabajo...

Hay una sección suya que me gusta especialmente y es "En mi contra", en la que toma entrevistas del periódico La Vanguardia y las responde como si se las hicieran a él. Sinceramente, me parecen geniales. Hoy, leyendo una entrevista similar, me he acordado y me ha venido la inspiración, así que aquí os presento mi primer intento humorístico del blog.

Tendréis que perdonar mi inexperiencia en este campo y, por supuesto, entender que no estoy a la altura de Tomás Fuentes, a quien os recomiendo sigáis a partir de ahora. Espero que os riáis aunque sea un poquitino (como dirían en mi tierra).



¿La investigación se puede planificar?

Pues yo me planifico, siempre me marco unos objetivos, pero luego nunca los cumplo…

Parece una buena política.

Pero si te estoy diciendo que no cumplo los objetivos planteados… ¿cómo va a ser así la política?

¿Y no es así?

… pues vas a tener razón.

¿Cómo nació?

¿Yo? De cabeza, como todos los niños… Eso sí, mi hermana nació de culo.

Toda una aventura.

Bueno, no lo sabes tú bien, mi abuela diciendo que la niña tenía la cabeza partida, la matrona que no sabía de dónde tirar…

¿Fue científicamente productiva?

¿Mi hermana? Hombre, pues me permitía hacer experimentos con ella, que si echa una aspirina en la Coca-cola, prueba a beber champú a ver si salen burbujitas…

¿Qué descubrió usted?

Pues que el champú es una mierda porque no salen burbujas si te lo tragas.

¿Para qué sirvió?

¿Tú qué crees? Pues para que mi madre me castigara por investigar con mi hermana pequeña…

¿Qué modelo de investigación le parece más eficaz, el estadounidense o el europeo?

Hombre, sin duda, el estadounidense, porque en vez de investigar con tu hermana pequeña, lo haces con el pringado del instituto, encima le puedes meter la cabeza en el váter y quedarte con su merienda…

Le escucho.

¿No has visto ninguna película americana? No me lo creo… Si es típico, los primates del equipo de fútbol cogen al “loser” de turno y le quitan el dinero, le hacen un montón de putadas…

Explíquese.

Chico, yo creo que está bastante claro, el bicho grande pisotea al pequeño.

Como cualquier otra industria.

Exactamente, veo que lo vas cogiendo. En cualquier industria tratan de explotar a los trabajadores buscando el beneficio… Y no te creas que la universidad va a ser menos con los becarios, todo lo que se busca es que sean rentables…

Pero si son rentables, investigarán mejor.

Ja, que te lo crees tú… Con tanta rentabilidad, los sueldos de becario son tan malos que no se pueden dedicar sólo a investigar, tienen que buscarse trabajos alternativos.

Por ejemplo…

Pues un amigo trabaja de camarero en un bar de copas cerca de la universidad, otro da clases particulares… conozco incluso un pizzero.

¿Y por qué dejan de investigar?

Pues es evidente, para lo que pagan por echarle 10 horas al día a la investigación y que encima la mitad se la lleven los impuestos, muchos becarios acaban dejándolo y buscando otros trabajos, como dar clases particulares, que por lo menos no hay que declarar…

Es una grave acusación.

Vamos, me vas a decir que en tu familia no hay nadie que trabaje “de tapadillo”, ¿no? Además, tal y como está hoy la educación es necesario que se den clases particulares, que no veas cómo se le atragantan a los de la E.S.O las matemáticas…

Hay dividendos que matan.

¡Y tú que lo digas! El otro día traía un chaval unos deberes de matemáticas, con unas cuentas, que tela… ¡unos dividendos, unos divisores! ¡No había quién las hiciera! Encima, consultas los libros de texto y no vienen las soluciones, es que eso ya es abusar…

¿Un ejemplo de esos abusos?

Joé, ¿no has comprado nunca un libro de texto? Es que tienen unos precios… que las familias se quedan casi sin presupuesto para pagar el material escolar de los hijos.

¿No me habla usted del Tercer Mundo?

Qué va, qué va, te hablo de cualquier hijo de vecino, que los sueldos no son tan boyantes y la educación está muy cara…

¿Los políticos no intervienen?

Pues por desgracia sí que lo hacen… meten recortes en educación, privatizan, cambian el sistema cada legislatura, siempre para peor…

De todo habrá.

¿En la ESO? Pff, cualquier cosa te encuentras… está la cosa muy mal. Y los adolescentes de hoy son los adultos de mañana, con eso te lo digo todo.

lunes, 1 de agosto de 2011

¿Suerte?

Últimamente oigo mucho hablar de la gente que tiene buena y mala suerte... ¿pero qué es tener suerte? Empiezo a creer que tenemos los conceptos algo equivocados... O yo veo la suerte donde otros no la ven.

Pensamos que tener buena suerte es que te toque la lotería, que no se te estropee nunca un electrodoméstico, que te caiga en el examen justo la diminuta parte del temario que te sabes... Yo creo que eso es quedarse con lo insignificante y, si lo comparamos con lo que dura la vida y lo compleja que es, no sirve para nada.

La verdadera suerte es encontrar un trabajo que te guste, que te motive, y que te permita vivir, ser capaz de arreglar el electrodoméstico que te estropeó y que te den un toque de atención y suspendas un examen para que la próxima vez estudies y aprendas.

No nos damos cuenta de que lo más importante no es tener los recursos, sino la fuente de la que emanan. La capacidad para extraerlos y aprovecharlos. Lo mejor que podemos tener, la mayor suerte, no es tener grandes posesiones, sino una gran motivación para luchar por aquello que nos gusta.

Entonces... ¿existe la suerte? Para mí, no. Existe la casualidad, la aleatoriedad, y existe la actitud. Existe la voluntad de elegir, aprovechar al máximo las circunstancias que nos rodean, aprender de cada error, tratar de mejorar y luchar por conseguir aquello que queremos en lugar de refunfuñar porque al vecino se lo regalaron.

Si te lo han regalado, no lo vas a disfrutar igual, porque no sabes lo que cuesta conseguirlo y has perdido un importante valor: la capacidad de lograrlo por ti mismo. Porque créeme, hoy has tenido suerte, pero mañana puede que no la tengas. Sin embargo, lo que has aprendido, el poder para luchar por lo que quieres, eso siempre lo tendrás.

jueves, 7 de abril de 2011

La necesidad de opinar

La verdad es que no sabría decir si ésta es una necesidad de la sociedad española o de la humanidad en general, pero creo que se podría afirmar que en los últimos tiempos se está incrementando bastante con el auge de la tecnología 2.0.

A todos nos han soltado alguna vez eso de "Tengo derecho a opinar, ¿no?". Y hombre, dicho así, es verdad, nadie te va a poner una pistola en la cabeza o te va a encerrar por decir una chorrada... (¿o quizás sí?... depende de contra qué o quién vaya esa chorrada...). Pero bueno, no nos desviemos, para mí la respuesta clara es: "Y yo tengo derecho a no querer escucharte".

Hoy en día nos creemos que sabemos de todo y que todas las opiniones son válidas... cuando eso es algo que no tiene ni pies ni cabeza. ¿Por qué tengo yo que considerar como opinión válida la primera cosa que se te ha venido a la cabeza? ¿O el dogma que has aceptado desde pequeño porque te lo contaron así y no te has parado a reflexionar? Encima no intentes debatir, se ponen a la defensiva en cuanto se quedan sin argumentos (porque cuando una opinión no está fundamentada, no hay argumentos que la sostengan)... "Es que tú siempre crees que tienes la razón"... Lógicamente, si no creyera que llevo razón, no defendería esa postura, ¿no te parece?

Hay que ser un poco más prudente. Y asumir que los demás no tienen por qué hacer caso de tus opiniones y consejos, que es otra cosa a la que la gente es muy dada. Que sí, que hay que escuchar a los demás, que yo soy la primera que intenta contrastar opiniones, pero siempre que vea una base sólida y unos argumentos lógicos detrás. Lo que no se puede pretender es que yo cambie una idea fundamentada, a la que llevo años dándole vueltas y que ya he elaborado comentándola con otras personas por la tontería que a alguien se le acaba de ocurrir o que "ha leído en algún sitio". Porque ésa es otra. ¡Menuda ley a la palabra escrita! Ya parece que si algo lo has leído es cierto... Y siento fastidiar la ilusión, pero las cosas las escriben personas como tú y como yo, que también se equivocan y que también a veces pecan de prepotencia a la hora de enunciar sus opiniones.

Y para finalizar, sólo criticar una postura que todavía me enerva más: la del periodista o comentarista que cuenta el evento según su opinión. Eso sí que tiene mérito. Cinco años de carrera enseñándote que tienes que tratar de ser objetivo (sé que hay artículos de opinión, pero retransmitir un deporte no es uno de ellos) y no hay forma de que cuentes un hecho tal cual sin colorearlo con tu percepción personal. Es una falta de profesionalidad, lo mires por donde lo mires. Tú como persona puedes tener opiniones o preferencias por un deportista, un partido político o una marca de champú... pero no es serio que en medios de comunicación públicos utilices tu posición para hacer llegar tu propaganda al público.

En fin, como conclusión, prudencia: "somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras". Si no estás seguro, no hables, escucha y aprende, documéntate. Las personas más cultas que conozco son las que menos necesidad de opinar tienen.

viernes, 25 de marzo de 2011

Renovarse o morir

Y volvemos al tema del post que escribí en marzo de 2010, No al cierre de webs; a este paso se va a convertir en una reivindicación anual... Pero es que esta mañana en Twitter he encontrado la gota que ha colmado el vaso, el artículo: Twitter es un peligro para el periodismo.

Ya estoy harta. Internet es un peligro para la industria del cine y la música, Twitter es un peligro para el periodismo... ¡y la crisis es un peligro para el resto de trabajos! ¿Y qué le hacemos? El mundo cambia, evoluciona, y no va a dejar de hacerlo porque tú no te quieras subir al carro. Renovarse o morir.

Es que no entiendo por qué en estas profesiones no lo tienen claro, porque a los ingenieros es una de las primeras cosas que nos enseñan. Hay que estudiar siempre, adaptarse a las nuevas tecnologías, a los nuevos materiales... Estoy segura de que al Sr. Kodak no le hizo mucha gracia cuando salieron las cámaras digitales, para mí que lo debió notar en la venta de carretes... Que no avance la medicina, a ver si los tanatorios van a entrar en quiebra.

Me encantan estas perlas del artículo:

"Como si para abrirse una cuenta y estar todo el santo día mandando mensajitos haga falta una preparación especial, una nueva licenciatura, un doctorado o un máster especializado en comunicación. Es lo más sencillo y estúpido del mundo."

"Cualquier persona convertida en medio de comunicación. O lo que es lo mismo, la muerte del Periodismo. Las redes sociales tienen muchas ventajas. Esta desde luego no"

Ahora me voy a coger yo una pataleta y voy a protestar por que hoy en día cualquier persona pueda hacer un programita para el ordenador. Hay miles de tutoriales en internet y enredar con Java o Visual Basic puede ser relativamente sencillo. Y sin licenciatura ni ingeniería ni nada, oiga. Cualquier persona convertida en programador... ¡A dónde vamos a llegar! Yo estudiando 5 años y ahora va un tonto y me quita el trabajo...

No sé, llamadme atrevida, pero diría que la solución es que YO me ponga las pilas y haga un programa que merezca todavía más la pena. En un mundo con tanta sobrecarga de información, hay que diferenciarse.

Y volviendo al tema Twitter, no creo que los usuarios sean tontos como para quedarse con los 140 caracteres como noticia. Al revés, el tweet es el titular y puede ser la perfecta ventana para que el lector quiera completar la información en el periódico. La curiosidad humana es muy fuerte y no hay nada como tratar de alimentarla dejando con ganas de más...

jueves, 24 de marzo de 2011

Just do it

Cada día estoy más convencida de la capacidad del ser humano para conseguir lo que se proponga. Realmente, lo único que necesitamos para lograr nuestros objetivos es creer en nosotros mismos y ser perseverantes, nada más. No hay que rendirse, hay que luchar siempre, porque podemos.

No vale eso de refugiarse en el "es que yo no tengo fuerza de voluntad"... El carácter se forja. La mayoría de nuestras cualidades no son innatas, sino que se van aprendiendo a lo largo de la vida y siempre se puede mejorar. Hay que plantearse retos. Y hay que luchar por ellos.

Muchas veces nos puede el agobio, el miedo a no ser capaces. Pero no hay que dejarse asustar, simplemente divide y vencerás. Los objetivos a largo plazo son mucho más difíciles de cumplir; divídelos en muchos objetivos a corto plazo. Las grandes carreras se hacen por etapas, poco a poco, paso a paso.

Siempre recordaré una frase de la película "Báilame el agua" que me encantó porque no puede expresar mejor todo esto:

No te pido que me quieras para siempre, me conformo con que me quieras 5 minutos... y 5 más, y después 5 más...

domingo, 6 de febrero de 2011

Al pan, pan y al vino, vino

La vida está llena de momentos malos. Acontecimientos indeseables, injustos, que ojalá no estuvieran ahí, pero que son inevitables. Algunas veces los causarán otras personas y otras veces será la naturaleza la que se rebele contra nosotros, ya sea en forma de catástrofes o enfermedades. Repito: ojalá no fuera así, pero entonces, a lo mejor, tampoco tendrían sentido las cosas buenas.

Ahora, sabiendo esto, tenemos dos opciones: aceptar la realidad, enfrentarnos al dolor y tratar de vivir con él de la mejor forma posible o fingir que no ocurre nada y construir muros de plastilina y palabras de vainilla para evitar afrontar que la infancia se acaba y que no se puede vivir eternamente en la casita de muñecas.

Yo, personalmente, elijo la primera. Y si puede ser añadiendo grandes dosis de humor, todavía mejor. No creo que intentar reírse de situaciones dramáticas sea menospreciar el sufrimiento ajeno o faltar al respeto. Igual que las palabras en sí no tienen por qué ser insultantes. Todo depende de las connotaciones que se le quieran dar por parte de ambos interlocutores. Todo depende de las buenas o malas intenciones tanto del que habla como del que escucha.

"Gordo" no es un insulto. No hace falta recurrir al estúpido eufemismo "gordito" o "fuerte". Al pan, pan y al vino, vino. No hay que ofenderse porque alguien llame a las cosas por su nombre. Hay que ofenderse si lo hace con mala intención. No digo que no existan las palabrotas, pero es que, al ritmo que vamos, la simplicidad de designar algo con una sola palabra va a desaparecer por considerarse "políticamente incorrecto"... No digas "ciego" ni "sordo", di "persona con una deficiencia visual" (o auditiva), no digas "negro", di "persona de color" o "negrito"... Para mí, esa "necesidad" de tener que recurrir a otros términos es lo que constituye realmente un insulto. Ser ciego, sordo, gordo o negro no es malo y evitar esos términos hace que lo parezca.

El mero hecho de rebautizar las cosas no cambia su naturaleza.

Llega un punto en el que se hace cansado hablar o contar chistes porque te pasas el día hiriendo sensibilidades. Ya está bien. Todos sufrimos, todos pasamos o hemos pasado experiencias malas que no queremos recordar. Pero lo que hay que hacer es intentar sacudirles de encima el dramatismo, "normalizarlas", no sacarle puntilla a todo y hurgar más en la herida.

Si queréis, todo lo que he escrito se puede malinterpretar. Se me puede considerar irrespetuosa por meter en la misma frase "ciego", "gordo" o "negro" porque no son conceptos comparables. Entiéndase que estoy hablando de eufemismos y no pretendo ir más allá. Después de lo visto con Vigalondo, parece ser que hay que aclarar las cosas.

Menos el chabacano, todos los tipos de humor me parecen estupendos. Incluso aunque yo sea de alguna forma la víctima del chiste. Hay que superar las cosas y ser el primero el reírse de ellas. Y hay que saber entender cuándo algo se dice de broma. Está claro que siempre hay límites, que también uno puede sentirse ofendido por comentarios ajenos, pero intentemos no estar siempre buscándole tres pies al gato.

En general, yo diría que no hay que quedarse sólo con la punta del iceberg, debajo del mar hay una parte oculta que también hay que analizar... La interpretación de un comentario depende de muchos factores. No nos quedemos, por tanto, sólo con el comentario; quedémonos también con los factores.