jueves, 10 de junio de 2010

Nos ocupamos del mar

Hablando de pequeñas "tonterías" que te alegran la vida, una de mis canciones favoritas... Interpretada por Alberto Pérez y compuesta por el gran Javier Krahe. Ésta es la versión de "La Mandrágora", que intercala las partes lentas y románticas con las burlonas. Para mí, perfecta combinación entre ternura y humor.

miércoles, 9 de junio de 2010

Ingenuidad

A veces me canso de oír aquello de "de buena que eres, eres tonta..." o cómo a los demás les parece tierno e ingenuo el hecho de que una sea capaz de ilusionarse por tonterías... Te miran con condescendencia, pensando "pobrecita, con cualquier cosa es feliz, no sabe lo que le espera...". O a lo mejor sí lo sabe y por eso elige hacerse la tonta...

A lo mejor es capaz de disfrutar del camino y no sentirse timada por ayudar a los demás. A lo mejor no siente que se estén aprovechando de ella porque no tiene esa necesidad (diría que un poco española) de tener que timar siempre que se pueda. De no devolver el cambio si se equivocan al dártelo. De "quedarse" con vasos de un bar o "coger" algo de una tienda ya que lo dejan tan a mano que es de "tontos" no robarlo...

Si ser ingenuo es ser más feliz, elijo ser ingenua. Y no sentirme mal por las oportunidades desaprovechadas. Yo no lo vivo así. No me siento inferior por no haber intentado sacar provecho de todo lo que se me ha puesto al alcance. Prefiero encontrar satisfacción en dar todo lo que pueda a los demás, en hacer las cosas de forma correcta. Si no tuviera qué comer, actuaría diferente, está claro, pero ahora mismo no necesito ahorrarme un billete de metro para subsistir...

Inteligencia no es sinónimo de malicia. Sólo hay que pensar en el Dilema del Prisionero, en el que se puede ver claramente que uno gana más en conjunto cuando colabora con los demás que si se dedica a engañar con la falsa idea de que sacará más provecho.

Y con respecto a ilusionarse por tonterías y luego llevarse la jarra de agua fría... Mi concepto de la vida es que hay que disfrutar el camino, no vivir para un final. Y prefiero dos días de lágrimas, pero llevar ya dos meses de alegrías en la mochila. No es ingenuidad, no es ser "tonta", es una filosofía de intentar disfrutar las pequeñas cosas y no hipotecar el presente por el futuro.